Todo lo que nunca has oído sobre los agujeros de aire...
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Publicado el 21 de diciembre de 2023 by Matthieu Gagnot
Si ha volado varias veces, probablemente habrá experimentado sacudidas más o menos repentinas que se sienten en la cabina. Puede que incluso las haya comparado con agujeros de aire. Este concepto, también conocido como "bolsas de aire", preocupa sobremanera a las víctimas del miedo a volar. Sin embargo, a menudo existen grandes ideas equivocadas al respecto. Este artículo aclara el tema de las bolsas de aire.
Ideas preconcebidas sobre los agujeros de aire
Los agujeros de aire son uno de los conceptos erróneos más comunes entre los viajeros de avión. Se dice que las sacudidas horizontales están causadas por los llamados "agujeros en el aire". Se trataría de una bolsa de vacío en la atmósfera que haría caer el avión unos metros, o lo succionaría hacia arriba, provocando un movimiento brusco en la cabina. Es el mismo fenómeno que a veces se describe como "bolsa de aire".
¿Existe una bolsa de aire?
En realidad, ¡no existe! No podemos ser más claros al respecto: los agujeros de aire no existen... Es físicamente imposible que haya una bolsa de vacío en la atmósfera terrestre. No hay más agujeros de aire en el cielo que agujeros de agua en un lago. El cielo es una masa continua de materia, en la que los aviones flotan continuamente gracias a la tasa de planeo (explicamos el concepto detalladamente en esta dirección).
Entonces, ¿por qué tanta gente sigue creyendo en los agujeros de aire? Porque la expresión es especialmente elocuente. Encarna un fenómeno muy real, el de las turbulencias, que no tiene nada que ver con las "bolsas de aire vacías".
Agujeros de aire vs. turbulencias en un avión
Aunque no existen las bolsas de aire, todos hemos experimentado turbulencias durante un viaje en avión. Son las turbulencias las que hacen que la cabina de un avión se sacuda más o menos ligeramente.
Las turbulencias pueden hacer que el avión se mueva bruscamente hacia arriba, hacia abajo o hacia los lados, sacudiendo a los pasajeros y los objetos de la cabina. Los pasajeros las sienten mucho: a veces dan la impresión de que el avión se ha movido varios metros, ¡o incluso diez metros! En realidad, las turbulencias sólo alteran el avión unos centímetros. Las turbulencias más importantes (y las más raras) no superan los diez centímetros.
Pero la sensación está ahí. Este es el origen del miedo a los agujeros o bolsas de aire... De hecho, turbulencias y agujeros de aire son casi sinónimos en el lenguaje cotidiano. Y no hay de qué preocuparse, siempre que el cinturón de seguridad esté bien abrochado.
¿Qué son las turbulencias?
Las turbulencias se producen por el movimiento de las masas de aire en la atmósfera. Estos movimientos se deben principalmente a las temperaturas de estas masas: el aire caliente tiende a subir, el aire frío a bajar. A veces, las masas de aire cambian de posición porque encuentran terrenos montañosos. Estos fenómenos generan vientos en altura, a lo largo de cientos o miles de kilómetros.
Las turbulencias golpean el avión y se sienten en la cabina, pero no son nada excepcional. A pesar de lo que se siente, los temblores son en realidad muy leves. Son similares a las sacudidas de un coche al pasar por un bache o por una carretera asfaltada.
¿Hay que tener miedo a las turbulencias?
En absoluto. Las turbulencias no suponen ningún riesgo para el avión. Desde los biplaza hasta los de largo recorrido, todos los aviones han sido diseñados para soportar estos fenómenos de vuelo perfectamente normales. De hecho, como nos recuerda Nicolas Coccolo (piloto y formador en los cursos de fofly.com), "nunca se ha producido un accidente debido a las turbulencias". Las turbulencias no suponen ningún peligro ni para la cabina ni para los instrumentos.
Los agujeros de aire o turbulencias no son más peligrosos para un barco que las olas suaves. A lo sumo, causan molestias a los pasajeros, razón por la cual los pilotos intentan evitarlas en la medida de lo posible.
Y saben todo sobre ellas: El 95% de las turbulencias se prevén antes del despegue, gracias a la preparación meteorológica. Muchas turbulencias están relacionadas con la situación geográfica: es más probable encontrarlas en el sudeste asiático, durante la estación de los monzones, que en Europa, por ejemplo.
Los terrenos montañosos o "bowls" pueden provocar turbulencias, sobre todo cerca de los aeropuertos. El aeropuerto de Marsella-Marignane, por ejemplo, está cerca de una montaña que puede causar algunas turbulencias en el despegue.
Por último, la seguridad aérea también está trabajando para mejorar la detección de turbulencias. Los pilotos ya son capaces de evitar la mayoría de ellas. Para el resto, el único riesgo es el de sufrir lesiones si no se está bien sujeto. Así que sólo tiene que abrocharse bien el cinturón de seguridad, ¡y no tendrá nada que temer de los "agujeros de aire"!
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